Muchas Letras

01 agosto 2006

Hoy me he encontrado con este artículo en elpais.es, que además de emocionarme, me ha hecho pensar un poco. No es para menos.

La gente que estaba en la playa, los que ayudaron a los que llaman (de una forma horriblemente distante) irregulares eran gente como cualquier otra, y supongo que lo que hicieron es lo que haría cualquier persona digna de ser considerada como tal. ¿Pero qué pasaría si los que estaban en la playa fueran los que dictan las leyes de extranjería, los que dicen que no se puede permitir que vengan todos, pero que tampoco hacen nada para que no tengan que venir? Sería una experiencia interesante para todos ellos, sin duda. Y para todos nosotros.