Muchas Letras

19 octubre 2006

Transgénicos: simpre los mismos actores

Hace unos meses, coincidiendo con mi cumpleaños, me regalaron un libro sobre una catástrofe ecológica que tuvo lugar en Paraguay. La historia contaba cómo una multinacional del sector de los transgénicos y de los agrotóxicos, Monsanto, había abandonado en una zona rural una gran cantidad de semillas de deshecho contaminadas, que eran peligrosas para la salud de los habitantes de la zona. Tan peligrosas que incluso hubo muertes entre los vecinos. El caso es que me impactó mucho leer todo lo que había pasado y cómo las autoridades, untadas a todas luces, se ponían del lado de la empresa que había cometido el delito (delito porque sí hay reglamentación internacional sobre cómo tratar ese tipo de resíduos). Cada página que leía me indignaba más por lo escandaloso del caso y por la falta de pudor de casi todos los implicados, especialmente de Monsanto, la empresa responsable del desastre.

El caso es que esta mañana, haciendo un repaso a las noticias en internet, me he encontrado con ésta en elpais.es, que me ha recordado al libro. Y no por casualidad, ya que además del tema de los trangénicos y la imposibilidad de controlar su expansión, coincide el mismo actor principal: Monsanto.

El artículo no tiene desperdicio y deja claro que en España, como en el resto del mundo, triunfan los transgénicos. Mientras que el cultivo de éstos se ha disparado en los últimos años hasta pasar del doble de lo plantado inicialmente, el cultivo ecológico se ha reducido significativamente. Además, el hecho de que los cultivos modificados contaminen a los normales hace que estas cifras sea aún peores, ya que los cultivos ecológicos dejan de serlo y se convierten en tradicionales, entendiendo por tracicionales los que sí utilizan transgénicos y pesticidas químicos... ¿no será esta paradoja semántica el primer gran triunfo de los defensores de los transgénicos?

El gran riesgo que entrañan los transgénicos es, desde mi punto de vista de ignorante en la materia que ha leído algo (un poquito nada más) sobre el tema, un riesgo medioambiental: el uso de especies modificadas genéticamente con el fin de que sean resistentes a ciertas plagas y enfermedades (¡o incluso a ciertos insecticidas tóxicos fabricados por la propia Monsanto!) puede tener consecuencias desconocidas en el entorno, ya que rompen el equilibrio natural del ecosistema en que se implantan, y se propagan más allá de lo sembrado originalmente utilizando los mecanismos naturales, como se ve en el artículo. El impacto puede ser similar el producido, por ejemplo, por los famosos mejillones Cebra que estos días están invadiendo los afluentes del Ebro (la noticia aquí). Todo esto al margen de los posibles riesgos que pueda implicar la ingesta de estos alimentos, claro.

Sin embargo, lo que más me mosquea del artículo es la actitud del gobierno, que no defiende los intereses de los consumidores y ciudadanos en general, si no que únicamente ve los posibles beneficios económicos a corto plazo que pueden proporcionar los transgénicos, olvidando todos sus riesgos. En fin, así nos luce el pelo...