Muchas Letras

10 septiembre 2005

Nuestra relación empezó con unos contratos, sin ser contractual. Y es que conocí a mi amiga Elena haciendo un programa para administrar contratos, cuando yo no tenía más que una beca. En seguida me pareció una persona que merecía la pena, así que invertí un poco en ella. Claro está que como era becario no podía invertir bienes materiales (que al fin y al cabo pasan sin dejar rastro), si no que la incluí en esa lista de personas apreciadas que todos tenemos, y yo me sentí siempre más que compensado. Buena inversión.

El caso es que hoy me la he encontrado y verla tan guapa y con tan buen aspecto después de la durísima prueba que ha tenido que pasar me ha alegrado muchísimo, así que he decidido dedicarle unas líneas. Nunca dudé de que podrías acabar con el bicho. ¡¡Enhorabuena!!