Muchas Letras

27 febrero 2007

¡Todos a la cárcel!

Como en la peli de Berlanga: ¡Todos a la cáracel! Eso es lo que se vota en el parlamento europeo, si meten en la cárcel a 35 millones de personas, ciudadanos de la unión. Porque resulta que votan si hacen que descargarse música de internet es un crimen o no. Así, por las buenas. No importa que, gracias a las descargas, crezca la industria de las tecnologías, que los artistas se beneficien o que la gente tenga un acceso más fácil y asequible a la cultura, incluso a la cultura descatalogada (¡horror!). Lo único que importa es que cuatro señores de las editoras no puedan seguir exprimiendo a los artistas, verdaderos currantes del sector.

Mientras sean los políticos los que decidan las cuestiones de la cultura, escuchando a los profesionales de la industria y no a los que crean cultura de verdad solo veremos restricciones a la distribución de la misma. No importa cuánto se lee, importa cuánto se vende; no importa la calidad del cine que vemos, sólo la cantidad del que dejamos de ver; da igual si descubrimos a Verdi, lo que importa es que paguemos por tragarnos a Alejandro Sanz. Incluso no importa que podamos disfrutar de la belleza de los cuadros de El Prado en cualquier sitio, si no que paguemos por ello.

Hala, pues ya sabéis, nos vemos en la cárcel.