Muchas Letras

27 enero 2008

Revelación

Esta mañana de domingo iba yo por la calle (algo resacoso de la noche anterior) y he presenciado algo curioso. Veréis, yo estaba en Monforte de Lemos (después de una noche digamos que muy espiritual) y me dirigía a mi coche para volver a Vigo, pues tenía un compromiso familiar a medio día. El caso es que delante de mí iban dos señoras que, por su atuendo, iban a misa (llevaban el abrigo de pieles que parece el uniforme oficial para ir a esta clase de eventos los domingos por la mañana). Llevaban prisa porque llegaban tarde. Este tipo de escenas siempre me hacen pensar en lo absurdo del asunto: se levantan más o menos temprano, se arreglan todos y van a hacer un paripé y hablarle a alguien que no existe y en quien ponen toda su fe para que les proteja. Es como si yo rezara a Crom (el de Conan) o simplemente al ratoncito Pérez. Nos hace gracia que los niños crean en los reyes magos, pero no nos reímos de los adultos que creen en Dios (el de aquí o el de allá).

Bueno, a lo que iba. El caso es que como llegaban tarde iban mostrándose mutuamente su malestar por el mal que habían hecho: ¡levantarse tarde un domingo en que el termómetro marca 2,5 Cº! Y entonces presencié una revelación divina, y he de decir que no se parecen en nada a lo que nos cuentan los libros de historia bíblica (encuadrados dentro del género más amplio de lo fantástico). Sencillamente iban las dos andando y una le dijo a la otra: "No pasa nada, lo importante es llegar a la eucaristía, si llegamos a la eucaristía también vale". Y con estas sencillas palabras el Señor descargó los hombros de las dos mujeres de su culpa, y éstas aminoraron el paso. Y en verdad os digo que fue ese el momento en que las adelanté, porque antes iban mangadas.

¡Con qué sencillez se manifiesta el Señor! Seguro que para los que no estén alerta pasará desapercibido este gran momento. De hecho, estoy convencido de que ninguna de las mujeres se percató de la evidente intervención del Altísimo, puesto que no entraron en éxtasis, ni empezaron a flipar con los arcángeles ni nada de eso. Ellas siguieron su camino mientras yo seguía el mío con la alegría de haber descubierto (¡por fín!) una fe tanto tiempo escondida y rumiando la siguiente reflexión: si llegas 5 minutos tarde no le importa ni a Dios, déjate de prisas inútiles.

1 Comentarios:

  • La liturgia catolica dice que es asi, mientras llegues antes de la Eucaristia, zafaste!!!!!! Va en creencia, vio???
    Saludos, Elle

    Por Anonymous Anónimo, a las 31/1/08 01:18  

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