La paja en el ojo ajeno
Muchas veces nos escandalizamos por cosas que pasan en otros sitios y que nos parece increíble que aún hoy sucedan. Y la mayor parte de las veces es cierto que es inconcebible que aún quede gente que piense de esa manera tan retrógrada. El problema viene cuando vemos cosas parecidas en nosotros y no somos capaces de aceptar que nosotros también padecemos ese mal (porque ser retrógrado es un mal, se mire por donde se mire).
Bueno, el caso es que estaba yo navegando por la red (¡qué raro!) cuando me encontré con esta noticia: Dos hombres son detenidos por sodomía en Carolina del Norte. ¡Horror! ¿Cómo pueden ser así estos yanquis? Cada uno hace con su cuerpo lo que quiere mientras no haga daño a nadie. Seguro que hay parejas heterosexuales que son infinitamente más desagradables de ver en plena acción. Incluso puede que sean más ruidosos y guarretes en sus comentarios. Que te detengan por follar distinto es como si te detienen por comer, caminar o peinarse distinto. No tiene puto sentido.
¿Estamos de acuerdo? ¿A todos nos parece un escándalo? Bien, vamos a ver la siguiente noticia: El nudismo se multará en las playas de Alicante y no en plena calle. Yo no pondría el acento en el hecho de que ir desnudo por la calle no es delito (salvo si es para provocar o exhibirse ¡¿?!), si no en que sí lo sea en la playa.
Yo vivo en Vigo, entorno paradisíaco con playas increíbles por todas partes, así que de playas algo entiendo. Y de playeros también. El caso es que he visto gente en la playa con bañadores, bikinis y ¿trikinis? que resultaban realmente dolorosos de ver. Incluso he visto turistas con bronceado que, estoy seguro, no sólo eran dolorosos de ver. He visto hasta gente vestida de calle en la playa, ¡con el calor y todo! En fin, como diría aquel: "He visto cosas que vosotros no creeríais...". El caso es que nadie se escandaliza. A nadie se le ocurre prohibir tales horrores y aberraciones. Sin embargo, sí prohiben ir desnudos a la playa, aunque el playista tenga un cuerpo que ni las esculturas griegas, que resultan agradables a la vista.
Ya sé que son cosas distintas, follar distinto y el nudismo, pero ambos escándalos son síntomas de un mismo problema: el puritarismo enfermizo, que tiene la manía de meterse en la vida del prójimo porque nos amarga que disfrute. Somos una panda de amargados por el gozo ajeno. Esto sí debería estar prohibido.
Bueno, el caso es que estaba yo navegando por la red (¡qué raro!) cuando me encontré con esta noticia: Dos hombres son detenidos por sodomía en Carolina del Norte. ¡Horror! ¿Cómo pueden ser así estos yanquis? Cada uno hace con su cuerpo lo que quiere mientras no haga daño a nadie. Seguro que hay parejas heterosexuales que son infinitamente más desagradables de ver en plena acción. Incluso puede que sean más ruidosos y guarretes en sus comentarios. Que te detengan por follar distinto es como si te detienen por comer, caminar o peinarse distinto. No tiene puto sentido.
¿Estamos de acuerdo? ¿A todos nos parece un escándalo? Bien, vamos a ver la siguiente noticia: El nudismo se multará en las playas de Alicante y no en plena calle. Yo no pondría el acento en el hecho de que ir desnudo por la calle no es delito (salvo si es para provocar o exhibirse ¡¿?!), si no en que sí lo sea en la playa.
Yo vivo en Vigo, entorno paradisíaco con playas increíbles por todas partes, así que de playas algo entiendo. Y de playeros también. El caso es que he visto gente en la playa con bañadores, bikinis y ¿trikinis? que resultaban realmente dolorosos de ver. Incluso he visto turistas con bronceado que, estoy seguro, no sólo eran dolorosos de ver. He visto hasta gente vestida de calle en la playa, ¡con el calor y todo! En fin, como diría aquel: "He visto cosas que vosotros no creeríais...". El caso es que nadie se escandaliza. A nadie se le ocurre prohibir tales horrores y aberraciones. Sin embargo, sí prohiben ir desnudos a la playa, aunque el playista tenga un cuerpo que ni las esculturas griegas, que resultan agradables a la vista.
Ya sé que son cosas distintas, follar distinto y el nudismo, pero ambos escándalos son síntomas de un mismo problema: el puritarismo enfermizo, que tiene la manía de meterse en la vida del prójimo porque nos amarga que disfrute. Somos una panda de amargados por el gozo ajeno. Esto sí debería estar prohibido.