¡Todos a la cárcel!

Como en la peli de Berlanga: ¡Todos a la cáracel! Eso es lo que se vota en el parlamento europeo, si meten en la cárcel a 35 millones de personas, ciudadanos de la unión. Porque resulta que votan si hacen que descargarse música de internet es un crimen o no. Así, por las buenas. No importa que, gracias a las descargas, crezca la industria de las tecnologías, que los artistas se beneficien o que la gente tenga un acceso más fácil y asequible a la cultura, incluso a la cultura descatalogada (¡horror!). Lo único que importa es que cuatro señores de las editoras no puedan seguir exprimiendo a los artistas, verdaderos currantes del sector.

Mientras sean los políticos los que decidan las cuestiones de la cultura, escuchando a los profesionales de la industria y no a los que crean cultura de verdad solo veremos restricciones a la distribución de la misma. No importa cuánto se lee, importa cuánto se vende; no importa la calidad del cine que vemos, sólo la cantidad del que dejamos de ver; da igual si descubrimos a Verdi, lo que importa es que paguemos por tragarnos a Alejandro Sanz. Incluso no importa que podamos disfrutar de la belleza de los cuadros de El Prado en cualquier sitio, si no que paguemos por ello.

Hala, pues ya sabéis, nos vemos en la cárcel.

El país civilizado.

Oigo en elpais.com que Rajoy dice que, como estamos en un país civilizado (¡coño!, ha añadido), pues no es necesario que se disculpe por la metedura de pata de Irak. Y eso que no le han pedido que se arrodille y pida clemencia llorando, ni que, Dios nos libre, dimita. No, únicamente tenía que decir que sentía el error que cometió cuando apoyó la guerra de Irak. Y uno, una vez más, se pregunta qué coño entienden estas gentes por civilización. Intuyo que deben creer, erróneamente, que significa lo mismo que caradura, cínico, desmemoriado y puede que hasta criminal.

¿Dónde coño está la responsabilidad (política o de otro tipo) que se supone que esta gente asume cuando toma el cargo y hace determinadas decisiones? Ya sé: la responsabilidad debe ser algo propio de pueblos bárbaros...

"Tú tenías rasón, no te hise caso..."

Así cantaba Manquiña en Airbag. Y así debería cantar hoy el ex-presidente del gobierno J.M.Aznar, ya que ahora sabe (¡por fin!) que no había armas de destrucción masiva en Irak. ¿Que no os lo creéis? Leed, leed: José María Aznar: 'Todo el mundo pensaba que en Irak había armas y ahora sé que no'. Ahora sólo falta que se dé cuenta de que, en su día, no todo el mundo creía que había armas de destrucción masiva en Irak. Y si no se lo cree, que lea, que lea: Manifestaciones contra la invasión de Iraq de 2003 en la Wikipedia.

La pregunta ahora es: ¿no debería este señor asumir algún tipo de responsabilidad por haber apoyado de forma tan explícita, y contra corriente, una invasión ilegal cuyos motivos se ha demostrado que eran falsos? Para eso cobran los políticos, ¿no? Pues parece que no, que uno, cuando es presidente del gobierno, puede hacer lo que le venga en gana ya que nadie le va a exigir responsabilidades aunque se equivoque. Menudo chollo.

Cambiando de tercio, Aznar también argumenta contra el proceso de paz de una forma peculiar: dice que el proceso no es legítimo porque los terroristas no renuncian a sus objetivos. Vaya, yo que pensé que en democracia se podía defender cualquier idea mientras se hiciera con la palabra. Vamos, que lo que tienen que cambiar son sus métodos y no necesariamente sus objetivos. Parece que este señor no tiene claro el concepto de democracia, con lo que se le llena la boca al decirlo...

¿Intuición femenina?

Dice el señor Rajoy que intuye que el gobierno ha vuelto a las conversaciones con Batasuna. Y yo me pregunto si es suficiente que este señor tenga un pálpito para que salga en los medios acusando a la gente de este tipo de cosas.

También me pregunto dónde tendrán el límite estos tíos. Es lícito que discrepen de cómo hace las cosas el gobierno (al margen del tan traído y llevado pacto contra el terrorismo), pero por responsabilidad deberían guardarse sus comentarios para ámbitos más discretos, votar a favor o en contra (otra vez al margen del dichoso pacto) y dejarse de montar circos de tres pistas. Don Mariano debería ser consciente de que no es un señor de la calle, de que no está discutiendo con los contertulios del bar.

Si hablan tan a la ligera de un tema tan sensible como es el terrorismo, ¿qué no dirán cuando se trate de cosas más triviales? Pues no hace falta mucha imaginación, lo estamos viendo todos los días. Vaya mierda de políticos que tenemos...