Muchas Letras

29 agosto 2006

Hay que ver qué poca memoria tienen algunos. Y es que no puede haber otra explicación que la amnesia para que alguien que defendió la guerra de Irak pueda hoy criticar que España envíe soldados a Líbano. O eso o se és un cínico de cuidado, que todo puede ser.

El caso es que hay diferencias sustanciales entre la guerra de Irak y el tinglado de Líbano. A saber:

1.-Según recuerdo (y si no ahí están las hemerotecas o las enciplopedias), la invasión de Irak no contó con el apoyo de Naciones Unidas. Más bien al contrario: la organización internacional se opuso en todo momento, e incluso la consideró (y considera) ilegal. En el caso de Líbano, España va a aportar soldados a un contingente de cascos azules, lo que ya supone un cambio importante.

2.-Además, no se trata de una invasión, si no de todo lo contrario: se trata de controlar la situación para que no vaya a más. Es un matiz importante, ¿no?

3.-En esta ocasión todavía no he visto ninguna manifestación en contra del despliegue en Líbano. ¿Alguien recuerda lo que pasó durante el conflicto iraquí? Aquí podemos refrescar la memoria.

4.-Es un hecho que en Líbano ha habido una invasión, y que es necesario enfriar los ánimos para evitar que la cosa vaya a más. ¿Alguien recuerda la causa de la invasión de Irak? ¿No era algo referente a unas armas de destrucción masiva que nunca aparecieron? Hechos frente mentiras.

Teniendo en cuenta estos cuatro puntos (y seguro que al lector se le ocurren muchos más) ¿cómo es posible que éste señor diga ésto? O es un desmemoriado o un cínico, y en cualquiera de los dos casos nadie debería tomárselo en serio. Lo malo es que muchos sí le toman en serio.

28 agosto 2006

Estoy impresionado. Acabo de ver un vídeo de esos de YouTube que nadie debería perderse. Atención, amigos lectores... (redoble de tambores)... ¡¡Aznar en la BBC!!. Contretamente en un programa buenísmo que se llama Hard Talk en el que el invitado es acosado por el entrevistador, que no tiene pelos en la lengua, creando situaciones realmente incómodas (que en este caso, tengo que confesarlo, me han proporcionado un enorme placer) y comprometidas. Aquí lo tenéis, con subtítulos en español:




En realidad son 3 vídeos de unos 7 minutos cada uno, en los que se pueden oír cosas como que hay que criminalizar las ideas. ¿No es eso lo que hacen los dictadores? Curioso. También es curioso que la palabra que más veces repite Mr.Ansar sea my: my freedom, my decomcracy, my prosperity (¿recueredan el "my precious" de Gollum?)... ¿No se da cuenta de que defender sus my sin preocuparse de los your (seguramente el piense sólo en their) es un poco egoísta e insolidario?

En fin, aquí tenéis los enlaces a la segunda y tercera parte, si sois capaces.

Por cierto, ¿para cuando un programa así en TVE?

27 agosto 2006

¿Alguien sabe quien es Johan Norberg? Yo no tenía ni idea hasta que casualmente me encontré con una cita suya que no tiene desperdicio:

"Si quieres estar a la moda en estos días, no llevas productos fabricados por Nike, antes bien, los boicoteas. Así que estaba interesado en oír a alguien no solamente elogiando los sweatshops de Nike, sino que proclamando además que Nike es un ejemplo de negocio bueno y responsable. Ese "alguien" ha sido el Partido Comunista del Vietnam, que es el que gobierna ese país...[]...La verdad es que el trabajo parece duro, y las condiciones de trabajo sombrías, si comparamos las fábricas vietnamitas con las fábricas de nuestro país. Pero esa no es la comparación que hacen estos trabajadores. Ellos comparan el trabajo en Nike con la forma en la vivían antes, o la forma en la que sus parientes o vecinos todavía trabajan. Y los hechos son reveladores. La paga media en una fábrica de Nike cercana a Ciudad Ho Chi Minh [antigua Saigón] es de 54$ al mes, casi tres veces el salario mínimo para una empresa de propiedad estatal. Hace 10 años, cuando Nike se estableció en Vietnam, los trabajadores tenían que andar hasta las fábricas, a menudo muchas millas. Después de tres años de salarios de Nike, pueden permitirse bicicletas. Tres años después, pueden permitirse ciclomotores..[]...hoy en día, los primeros trabajadores pueden permitirse comprar un automóvil."

Interesante forma de ver las cosas. Hombre, desde el punto de vista del vietnamita currante de Nike, la empresa le está haciendo el favor de su vida, pero que el bueno de Johan se quede sólo con esta visión parcial para defender el capitalismo global, viviendo en un país civilizado como Suecia y teniendo acceso a toda la información que le falta al empleado de la multinacional no deja de ser chocante. O bueno, puede que no lo sea tanto. Después de todo, lo que está haciendo es justificar el sistema que permite que viva tan bien, cómodo y sin grandes preocupaciones. Él no tiene que trabajar un par de años para comprar una bicicleta, o unos cuantos más para comprarse un coche. ¿Cuanto tiempo tendrá que trabajar el vietnamita para comprarse un par de zapatillas de las que él mismo cose? Veamos, el precio de las zapatillas está en torno a los 90-100 euros, unos 120 dólares. 120/54 = 2.22 meses de salario íntegro para comprarse un par de zapatillas de las que él mismo hace. ¿Cuánto cobrará Tiger Woods sólo por llevarlas puestas? Por más vueltas que le doy no veo como un sistema así puede ser defendido por alguien... a no ser ese alguien se lleve la mejor parte, en cuyo caso no puede ser otra cosa que un hijo de puta.

Ese modelo de globalización que defiende Johan Norberg se parece sospechosamente al aplicado en la colonización de África por parte de los Europeos en los siglos XIX y XX, y que tan bien describe Joseph Conrad en El corazón de las tinieblas: exprimir sin piedad a los colonizados para garantiza el crecimiento de los colonizadores. O sea, que la única novedad que trae consigo la globalización es la escala de la rapiña...

06 agosto 2006

Una vez más, las noticias son el motivo de que escriba. Esta vez se trata de ésta que publica elmundo.es, y que viene a demostrar que la mejora en la competitividad no pasa por el estrujamiento de los trabajadores, que es el modelo más extendido en España. No se trata de que hagamos más horas, ni de que sea más barato y fácil despedirnos. Se trata de formarnos, de hacer más efectivo nuestro trabajo, de invertir en mejoras en los productos y los procesos. Vamos, se trata de aumentar el gasto. Lo malo es que eso supone recortar los márgenes, y eso el empresario español no lo entiende. Quiere beneficios récord en cada ejercicio siguiendo la máxima "reducir los gastos y aumentar los ingresos", o lo que es lo mismo: "aumentar los márgenes". Lo malo es que se suelen utilizar otros medios en lugar de la inversión: reducción de plantilla, explotación de los empleados restantes y reducción de salarios, directamente o aumentanto la parte variable en función de los objetivos. Con esto se obtiene un producto de menor calidad, ya que un empleado descontento no realiza su labor igual que uno satisfecho con lo que obtiene por su trabajo. Además, un empleado que hace 9 o 10 horas al día no rinde igual que dos que hacen 5 o 6. Así únicamente se puede competir en el segmento de las gamas bajas, y malamente. Esto es no tener visión, quedarse en el ahora y no ver al futuro.

Con este modelo, el trabajador está devaluado, cuando en realidad es una pieza fundamental del mecanismo. Sencillamente, sin trabajadores no hay empresas. El empesario tiene que arriesgar su posición y poner más esfuerzo, ya que si todo funciona es el que más gana. Si el empresario no arriesga su dinero, si no pone capital en la mesa, el negocio se basa exclusivamente en el trabajo de sus empleados, y eso no es justo porque si la empresa tiene éxito no serán éstos los que se lleven los beneficios, y si en cambio la empresa fracasa ellos serán los que más pierdan: su medio de subsistencia.

Pero lo peor de todo no es todo ésto. Lo peor es que los propios asalariados hayan asumido como normal esta situación y que incluso la justifiquen. No quiero decir aquello de "el enemigo es el patrón", si no "el enemigo es el patrón que explota a sus empleados". Lo que pasa es que la gran mayoría son de éstos últimos...

01 agosto 2006

Últimamente es que no paro, por desgracia. Y digo por desgracia porque siempre es por noticias tristes o indignantes. Hoy otra: resulta que la Unión Europea no pide un "alto el fuego inmediato" en el actual conflicto en oriente medio, si no un "cese de las hostilidades". El matiz está en el alto el fuego se le exigiría a Israel, mientras que con el texto final se pide que no haya más ataques por parte de nadie. Es obvio que todos queremos que dejen de masacrarse unos a otros, pero también es obvio que lo que está haciendo Israel no es defenderse, es una invasión en toda regla. Y digo que es obvio porque, recordemos, toda esta guerra empezó por el secuestro de dos soldador israelíes por parte del grupo terrorista Hizbulá. Está claro que es un hecho deplorable, pero es que Israel está atacando y matando diariamente a población civil con sus asesinatos selectivos, que matan a más inocentes que otra cosa. Incluso se atreven a matar a ministros del gobierno palestino así, como si tal cosa. Dicen que eran terroristas. Yo digo que lo que ellos hacen también es terrorismo, porque matan a población civil, que no puede defenderse, todos los días; porque aislan a una zona del mundo de tal forma que la gente no puede vivir. ¿Qué quereis que os diga? Yo en esa situación tampoco sería un ejemplo de tranquilidad...

Además, es que esta gente está en su tierra, que les fue arrebatada mediante una carambola política internacional sin precedentes. Es como si llegan a España 2 millones de inmigrantes con el rasgo común de seguir la religión pagana de los celtas, y proclaman que España ya no es España, si no el país Celta, expulsando a todos los que no profesan su culto relgioso... ¡y todo ello con el consentimiento (y el apoyo) de las Naciones Unidas! Sería inadmisible, ¿no? Pues eso es lo que pasó en Palestina.

Si vemos la serie de noticias de estos días (aquí, aquí, aquí y sobre todo aquí), salta a la vista que lo que buscan no es salvar a sus soldados, ni detener a los culpables del secuestro y ponerlos ante la justicia... lo que buscan es una invasión, un sensañamiento que únicamente puede conducir a la radicalización de las posturas. Israel actúa con una prepotencia que avergüenza a cualquiera, sin piedad, sin escrúpulos... y sin oposición. Estados Unidos apoya incondicionalmente a Israel, y la UE no tiene lo que tiene que tener para poner las cosas en su sitio. Únicamente España y Finlandia parecen tener una postura clara, mientras el resto están navegando según las corrientes. Me da vergüenza ser europeo cuando Europa se porta así. Igual que en la guerra de Irak. Es una decepción para mí, pues siempre pensé que los de aquí éramos los civilizados, los razonables, los del diálogo. Una idealización absurda e infantil. Los intereses han podrido todos los ideales clásicos. No hay justicia, ni compromiso. Sólo hay un dejarse llevar por la corriente que me exaspera. Por una vez, y hacía mucho que no me pasaba, estoy orgulloso de que el gobierno de España me represente, que no es poco (todos sabeis lo poco patriotero que soy).

¿No sería todo más fácil sin Dios, que siempre está generando este tipo de mierdas? Me resulta increíble, a estas alturas...

He visto una película que me ha impactado bastante: Syriana. Una película muy atrevida, poniendo el dedo sobre un punto negro del mundo actual, el negocio del petróleo y todo lo que lo rodea, que últimamente, y cada vez más, mueve y remueve la política global.

La estructura y el estilo me han recordado mucho a Traffic, que también me gustó mucho. No es casual, ya que Syriana está producida por Steven Soderbergh, que dirigió Traffic, y dirigida por Stephen Gaghan, guonista de Traffic.

Se la recomiendo a todo el mundo, ya que da una posible explicación a muchas de las cosas que estamos viendo últimamente.

Hoy me he encontrado con este artículo en elpais.es, que además de emocionarme, me ha hecho pensar un poco. No es para menos.

La gente que estaba en la playa, los que ayudaron a los que llaman (de una forma horriblemente distante) irregulares eran gente como cualquier otra, y supongo que lo que hicieron es lo que haría cualquier persona digna de ser considerada como tal. ¿Pero qué pasaría si los que estaban en la playa fueran los que dictan las leyes de extranjería, los que dicen que no se puede permitir que vengan todos, pero que tampoco hacen nada para que no tengan que venir? Sería una experiencia interesante para todos ellos, sin duda. Y para todos nosotros.