Muchas Letras

11 mayo 2005

Felices somos...

...pues por fin a llegado el esperado anuncio: (Doña) Letizia espera un niño. Y como era de esperar todo el mundo habla de qué pasará si (Dios no lo quiera) es niña. Se plantean cambios en la constitución, la intocable constitución, para arreglar la injusticia que supondría el que la pobre no pudiese acceder al trono. Aunque hay quien dice que habría que esperar al segundo hijo y que, en el caso de ser niña también, entonces sí, reformar la constitución. Increíble.


A mi me parece bien que la institución se modernice y que se erradique una discriminación intolerable como es la ley sálica, pero ya que estamos deberíamos hacer que desapareciese cualquier tipo de discriminación a la hora de acceder no al trono, pero sí a la jefatura del Estado, ¿no? Porque resulta que tú (o usted, como prefiera) y yo somos unos reales discriminados: mientras que los dos somos potenciales presidentes del gobierno, de la Xunta o de lo que se nos ocurra (si hay suerte, contactos, méritos y muuucho dinero), a la jefatura del Estado sólo hay una persona en España que pueda acceder. Él y sus hijos, claro. ¿Y todo por qué? Por la gracia de Dios, igual que el caudillo. Es más, también por la gracia del caudillo. Y ya se sabe, lo que viene de arriba (de Dios o del caudillo) hay que aceptarlo tal cual viene, aunque no guste, y sin el argumento democrá¡tico.


Por si alguien me dice que a la monarquía en España la quiere la mayoría (hecho innegable, muy a mi pesar) yo le respondo con el siguiente enlace del diario elmundo.es. En la noticia se dice que la Iglesia estima que el rey no debería sancionar la ley que permitirá la unión civil entre homosexuales (matrimonio homosexual, según lo admite la R.A.E, aunque a alguno le duela) por ser católico (como Isabel y Fernando). Supongo que JC no les hará caso y firmará la famosa ley, pero ¿y si dice que no? La mayoría de españoles estamos de acuerdo con la ley, pero con que uno diga que no, se jodió el asunto. Como digo, creo poco probable que JC se oponga, pero ¿qué haría su hijo? ¿Y su nieto/a? Pues da igual lo que opinemos al respecto, porque haría lo que quisiera. Podrá ser conservador (muy probable) o rojillo (imposible), pero nosotros tendremos que tragar con él (o ella).


Por cierto, que esos que dicen que la homosexualidad va contra la naturaleza se pregunten si es más natural el celibato, la forma más extrema de perversión sexual (después de la pederastia, claro...)