Muchas Letras

17 abril 2005

No lo entiendo: ¿realmente todavía hay gente que se lo crea? Me refiero a mayores de edad en pleno uso de sus facultades, no a los niños acostumbrados a que les cuenten cuentos, ni a los que, por uno u otro motivo, han perdido el contacto con la realidad. ¿Hay alguien que se lo crea? Pues parece que sí. Y eso que todo está basado en un libro fantástico. Eso sí, mejor promocionado que El código DaVinci. En fin, incomprensible.


A ver, ¿quien se cree que una mujer pueda engendrar vida sin practicar sexo... si dicha mujer vivió hace más de 2000 años? ¿Y que un hombre pueda caminar sobre el agua, curar parapléjicos, multiplicar los alimentos... y no contento con eso, resucitar a los tres días de su muerte? ¿Y qué me decís de un señor barbudo que así, por capricho, creó el universo, la tierra, el hombre y la mujer? Pues sobre estos hechos se basan los que esta semana se reunirán para escoger al sucesor de Pedro, siguiendo los dictados del Espíritu Santo. ¿No es sorprendente?


Además, ¿por qué su cuento es mejor que otros que se hayan inventado? ¡O incluso los que nosotros podríamos inventarnos! ¿Por qué tienen que ir por ahí imponiendo su cuento a los demás? Esos que ahora se quejan de que el gobierno es intolerante son los menos tolerantes de todos: no admiten a los homosexuales, no admiten que usemos condón, que leamos el horóscopo (otro cuento chino) o el ya citado Código DaVinci, que comamos carne según qué días (¿alguien hace caso a esto?), que practiquemos sexo como nos dé la gana... A mi me da igual que no follen, no coman, no lean o lo que sea (¡ellos se lo pierden!), ¡pero que dejen en paz al resto! Aunque de todos modos, me da que pensar que haya gente que se deje convencer de esas cosas en base a un cuento chino.


¿Qué pasará cuando El señor de los anillos tenga los años del Nuevo Testamento? Todo depende de la promoción que se haga. Por desgracia Tolkien no dijo nada sobre una supuesta inspiración divina, así que no creo que se funde ninguna religión basada en las historias de la Tierra Media. ¡Y eso que el libro es mucho mejor!